Ganó multitud de premios y recibió los más altos reconocimientos y honores. Para citar tan solo algunos: Premio Pritzker de Arquitectura (el “Nobel” de arquitectura), Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Premio Unesco 2001 de la Cultura, y por lo menos unos quince más. Cuando cumplió 100 años, en 2007, el embajador francés en Brasil fue a su taller en Rio de Janeiro, para condecorarle en nombre del Presidente Sarkozy con la Legión de Honor, la más alta distinción civil y militar de Francia, el país donde vivió en el exilio después del golpe militar de 1964 en Brasil. Pocos días después de los honores franceses, Vladimir Putin también fue a ponerle la Medalla de la Orden de la Amistad de Rusia.
Y ahora Oscar Niemeyer ha colaborado en la regeneración de la ciudad industrial de Avilés, que quiere emular a Bilbao. Para Avilés, Oscar Niemeyer ha concebido un megacentro cultural de 32 millones de euros, que lleva su nombre. Poco menos de lo que paga el Barça para sus “discretos” fichajes en 2010, y más o menos la mitad de los del Real Madrid de Florentino Pérez, pero Niemeyer tiene más mérito que éste. Algunos criticaron al principio el proyecto de Avilés por exagerado, y ahora lo alaban. Avilés, una ciudad de unos 84.000 habitantes, dispondrá ahora de un auditorio de unos mil asientos. Getxo, de 80.000 habitantes, tendrá el Antzokia (del arquitecto Luis María Uriarte), un teatro de 700 butacas, que algunos llaman una obra faraónica. Si lo oyese Oscar Niemeyer, no podría esconder una sonrisa…
Este mes de Agosto 10000 personas visitaron el Centro Niemeyer en las jornadas de puertas abiertas.Oscar Niemeyer habla de su proyecto:
He retenido dos frases suyas: “Lo importante en la arquitectura es la sorpresa”, y “Yo digo siempre que no hay razón para pensar en el pasado”. Oscar Niemeyer, un hombre centenario que sorprende mientras mira al futuro.
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