(Texto de Juan José Azpíroz, Secretario
de SECOT Bizkaia)
El pasado 5 de Mayo falleció en Bilbao
nuestro amigo Rafael Gárate, esposo de nuestra Vicepresidente Mª Carmen Gutiérrez,
que después de dos años de lucha contra las secuelas de una grave dolencia
cardíaca, falleció de manera inesperada cuando todos creíamos que había
conseguido superar lo peor de la enfermedad.
Le estaban preparando para una
recuperación en el sanatorio de Gorliz, pero no llegó a tener la oportunidad de
ir allí y sumió a Mª Carmen y sus hijos Elena y Rafa en la mayor tristeza
imaginable, pero al mismo tiempo en una gran determinación de seguir adelante
luchando y viviendo con la ayuda de su fe y optimismo vital.
Aunque Rafael no era socio de Secot nos
conocía a muchos de nosotros, algunos con gran amistad. Yo le conocí hace
bastantes años, cuando fue a comprar un ordenador y Mª Carmen me pidió que le
aconsejara con mis humildes conocimientos del tema. Quedamos una tarde en Las Arenas,
charlamos un buen rato y tuve la primera oportunidad de conocerle y disfrutar
de su simpatía y buen humor. Posteriormente Rafa participó en varias
excursiones mixtas de arte y gastronomía, que son tan apreciadas en esta
tierra, organizadas por Secot y me acuerdo perfectamente, porque siempre me
impactó, de su risa sonora y frecuente que formaba parte de su fisonomía.
También coincidimos en alguna audición
musical, pues tanto Mª Carmen como Rafa eran gran aficionados a la música y
asiduos a los conciertos de la orquesta de Bilbao. Recuerdo que un día, a la salida de oír un
concierto del coro de Ingenieros Industriales, donde canta nuestro compañero
Manu Cantera, le comenté a Rafa que debería intentar convencer a su mujer de
que dejara su responsabilidad de Presidente de Secot en Bizkaia, pues después
de 9 años de “ejercer” en el puesto ya se había ganado un buen descanso. Rafa
me dijo, con cierto aire de conformidad, que mientras a ella le apeteciera ese
cargo, él no le pondría ninguna objeción. Era una muestra, supongo que entre
otras muchas, de su generosidad y amor hacia Mª Carmen, que al dedicar a Secot
“infinitas” horas de trabajo, necesariamente tendrían que suponer una menor
atención al normal disfrute del tiempo de ocio con su marido.
Que descanse en paz el amigo al que
recordaremos siempre con gran afecto. Que Mª Carmen y sus hijos acepten con
serenidad el dolor de su pérdida irreparable.
(Firmado: Juan José Azpíroz)
El lunes 9 de Mayo asistimos varios Seniors
a la misa funeral solemne en la Iglesia parroquial de San Vicente Mártir de
Bilbao, celebrada por tres sacerdotes, uno de ellos Txomin Bereciartua,
Fundador y Presidente de Honor de la Fundación Novia Salcedo, que desde la
muerte del Padre Jesuita Lizarralde oficia la misa de los Seniors de SECOT
Bizkaia dos veces al año. Elena, la hija de Rafa y Mari Carmen leyó una emotiva
carta y otra de su hermano Rafa que no pudo asistir. El coro cantó durante toda
la misa que acabó con el “Agur Jauna” tocado por un Txistulari.
Antes de jubilarse Rafa era comandante-piloto de Iberia. Encontré esta historia anecdótica y curiosa de Rafa.
En uno de sus múltiples vuelos, el de Arrecife-Las Palmas el
1 de junio de 1977, y siendo Rafa todavía un joven piloto, una luz en forma de disco
escoltó a su avión desde Arrecife hasta Las Palmas. Lo contó a su amigo J.J. Benítez, el conocido periodista, escritor
e investigador de OVNIS, que lo relata en su libro “Encuentro en Montaña Roja” (1981). No era un fenómeno aislado.
En esa época parece que había aparecido sistemáticamente a otras tripulaciones
sobre los montes cerca del aeropuerto de Arrecife.
“Cuando estábamos mudando la dirección
para alcanzar el nivel o altura exigida rumbo ya a Las Palmas”, dijo Rafa a JJ Benítez,
“vimos una luz sobre las colinas y montes cercanos al aeropuerto. Era fuerte.
Brillante. Yo diría que un poco ovalada. Se asemejaba a la forma de una lenteja.
De pronto, la luz empezó a aproximarse al avión. Y aumentó de tamaño y
de intensidad. Y se hizo grande como un balón... Sé que no es frecuente creer
en extraterrestres. Pero yo he visto «algo» que sólo puede ser asociado a una
tecnología infinitamente superior a la humana… Se comportaba
«inteligentemente». Y era evidente que no estábamos ante un avión, o un
helicóptero, o un meteorito… Se mantuvo a la misma distancia. Pero la cosa
no terminó ahí. Acto seguido ascendió en vertical y pasó por encima del avión,
situándose a nuestro costado izquierdo. Y nos acompañó hasta Las Palmas. En
total, más de 20 minutos de vuelo. El objeto se mantuvo a una misma distancia,
volando en paralelo con nosotros y a idéntica velocidad que el DC-9. Es decir,
a unos 750 kilómetros por hora. Su luz blancoamarillenta destacaba
extraordinariamente…" No eran seres humanos,
porque “ni los más audaces aviones experimentales pueden desarrollar esas
velocidades ni practicar semejantes giros y ángulos rectos en pleno vuelo”,
dijo Rafa.
Desde ahora, cada vez que de noche veo las
luces brillantes de un avión sobrevolando Algorta cuando se aproxima al
aeropuerto de Bilbao, me acordaré de Rafa. Aquellas luces en el cielo de las islas ya
no tienen misterio para él.
Hasta siempre, Rafa. Un abrazo, Mari Carmen y vuestros hijos.
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