La
ley entró en vigor el 1 de enero de 2016 y dicen que es un plan ambicioso,
que supone un giro en la política francesa sobre los mayores que estaba
enfocada tradicionalmente en la dependencia de las personas mayores. Su
objetivo es responder a la fuerte demanda de cuidados de largo plazo de la
población francesa, teniendo en cuenta que en 2060 un tercio de los ciudadanos
de ese país tendrán más de 60 años, de los cuales unos 5 millones tendrán más
de 85 años, en comparación con 1,4 millones en 2015. Esta proporción es
inferior a la que el CSIC
estima para España. Según esta previsión en 2061 el 38,7% de la población española
tendrá más de 65 años
La ley está construida sobre tres pilares:
- La anticipación a la pérdida de autonomía, que comprende la financiación de las medidas para prevenir el aislamiento de las personas mayores (estimada en 185 millones de euros)
- Adaptar la sociedad al envejecimiento, que incluye el lanzamiento de un plan para adaptar soluciones a 80.000 viviendas privadas en 2017, renovar la acomodación de las residencias que se llamarán “residencias de autonomía”, y crear el voluntariado civil para seniors (en total 84 millones de euros) con el objetivo de mantener activos a los mayores y fomentar la transmisión intergeneracional.
- Un soporte para las personas mayores que sufren una pérdida de autonomía, enfocada al cuidado en casa. El objetivo es facilitar a las personas que quieren quedarse en sus casas, proveyendo financiación para introducir nuevas tecnologías en su vida diaria y para la formación de los trabajadores de cuidado social. (460 millones de euros)
Como siempre, una de las cuestiones que más preocupan es el
coste adicional y su financiación. Esta vendrá de un impuesto adicional de un
0,3% sobre las pensiones que superen 13.956 euros si son solteros, y de 21.408
euros si viven con una pareja. El gobierno estima recaudar así del orden de
726,5 millones de euros en 2016. Ha habido críticas por parte de profesionales
sociales y sanitarios y la oposición de la derecha, en particular sobre la
insuficiente financiación para abarcar todos los objetivos previstos.
Con respecto al segundo “pilar” de la ley, el voluntariado senior, en Francia existen
ya varias organizaciones no lucrativas de seniors voluntarios. Algunos ejemplos:
ECTI, OTECI, asociaciones de profesionales
senior que ayudan con sus conocimientos y experiencia a empresas y
asociaciones, a personas que buscan empleo, acompañan a estudiantes, etc. Los
seniors son antiguos ejecutivos y responsables de empresas o de las
administraciones, técnicos, artesanos, autónomos, etc. Tienen varios miles de
socios seniors. (Son el equivalente de nuestra asociación SECOT en España). AGIR, que se ocupa de la inserción social y
económica, asesoran a jóvenes para el empleo y apadrinan a jóvenes, a asociaciones, también ayudan a personas
mayores que lo necesitan, y mantienen también una actividad internacional.
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