Como
dice la esquela, Gregorio Lizarralde ha muerto ayer 5 de marzo a la edad de 87
años. Parecía más joven. Hace unos meses, en junio del año pasado,
estuvo todavía en la Alhóndiga donde le dieron un homenaje.
Todos los años, en junio y en diciembre,
después de nuestras reuniones tuvimos la misa en la capilla de la Residencia de
los Padres Jesuitas, celebrada por este gran amigo nuestro, que nos acompañó después
en el almuerzo que tuvimos a continuación en La Bilbaína. Antes de la comida, el Padre Lizarralde nos regalaba estos versos:
Reunión de
Secot
Ilusión compartida
Trabajo del año
y proyecto futuro.
Dar gracias y siembra
de ilusiones
¡Quién lo diría!
Diputación y “alcalde”
¡buena compañía!
Ocasión de pedir…
y conseguir.
Todo esfuerzo es poco
si con Secot
Ayuntamiento y Diputación
están con nosotros.
Hoy, en su funeral oficiado por numerosos
sacerdotes apenas cabía la gente en la iglesia del Sagrado Corazón de la
Residencia de los PP Jesuitas para rendirle un último homenaje. La homilía fue
un currículum vitae de los más densos, ilustrado con fotografías. El Padre Gregorio estaba en todo.
Echaremos de menos sus palabras de ánimo que
dirigía a los seniors voluntarios de SECOT, pero las recordaremos siempre.
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