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martes, 31 de enero de 2017

Han pasado 25 años desde la Cumbre de Río de Janeiro cuando el mundo empezó a preocuparse por el Cambio Climático (pero queda mucho por hacer)

La necesidad de luchar contra el cambio climático tiene y seguirá teniendo una fuerte repercusión en la economía, en el emprendimiento y en el empleo. Tiene un fuerte componente humano y social. Porque los adultos de hoy somos responsables de la herencia que dejamos a las nuevas generaciones. Y a los jóvenes y a las generaciones que vienen les corresponde tomar el relevo, porque el Cambio Climático amenaza e hipoteca el futuro de nuestro planeta. En estos tiempos se habla mucho de la Industria 4.0, la 4ª Revolución Industrial, la Inteligencia Artificial. Pero, aunque el cuidado del Medio Ambiente y la lucha contra el Cambio Climático se aprovecharán de la Inteligencia Artificial, se necesitará sobre todo la inteligencia y la conciencia de los seres humanos. Se necesita liderazgo político, y aunque no es un asunto exclusivo de científicos y tecnólogos, se necesitarán muchos en una variedad de disciplinas científicas y tecnológicas.

La OCDE está haciendo estudios a nivel local en distintos países. En uno muy reciente "Boosting Skills for Greener Jobs in Flanders, Belgium" (c OECD 2017) dice: La transición hacía una economía baja en carbono, eficiente en recursos y verde, solo es posible desarrollando las aptitudes, los conocimientos  y las competencias adecuadas. Estas pueden definirse como "los conocimientos, las aptitudes, los valores y las actitudes necesarias para vivir en, desarrollar y apoyar a una sociedad sostenible y eficiente con sus recursos". En países que dependen de actividades intensivas en energía y emisiones, la transición hacía una economía verde puede inducir severos costos de ajuste, tanto desde el punto de vista económico como social. Los cambios económicos estructurales necesarios para el cambio a una economía verde necesitarán una planificación cuidadosa y una implementación efectiva a nivel local.

Las cosas del palacio van despacio ¿Qué ha ocurrido en estos 25 años?

Río de Janeiro - 1992

En junio de 1992 tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo - CNUMAD (UNCED - United Nations Conference on Environment and Development), tuvo lugar en Río de Janeiro, por eso también llamada también “la Cumbre de la Tierra de Río” o simplemente “la Cumbre de Río”. Dar cuenta de todo lo ocurrido desde entonces en un solo artículo de un blog es imposible.  Para saber más se aconseja ver los enlaces con las fuentes, incluidos en el texto, y otros artículos referenciados al final.

En la Cumbre de Río se anunciaron tres tratados internacionales llamados “Convenciones de  Río”:   La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se adoptó en 1994, el  Convenio sobre la Diversidad Biológica (CNUDB) y la  Convención de Lucha contra la Desertificación (CNULD).  Todas están muy interrelacionadas. Las reuniones sucesivas sobre el Clima se llaman “Conferencia de las Partes” (COP). En realidad ya se había discutido sobre el Clima en una conferencia mundial anterior, en 1979, o sea 13 años antes de la Cumbre de Río.

Al término de la Cumbre de Río se emitió una “Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”, con 27 “principios”. El primero de todos: “Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.” Esta Declaración de principios formaba la base de un plan de acción, llamado Programa 21 (o Agenda 21), con el que entonces se comprometieron más de 178 países. Contiene más de 2.500 recomendaciones prácticas.

Protocolo de Kioto 

En diciembre de 1997, en la COP3, se adopta el conocido Protocolo de Kioto , para la puesta en práctica de la Convención Marco. Compromete a los países industrializados a estabilizar las emisiones de los llamados gases de efecto invernadero (GEI) que evitan la disipación del calor y lo mantienen en la atmósfera. Los GEI son, en orden creciente de intensidad del efecto invernadero: CO2, dimetil-éter,  metano, oxido nitroso, hexafluoruro de azufre, 19 hydrofluorocarbones, 7 fluorocarbones, 11 éteres halogenados, y el hexafluoruro de azufre.  El objetivo fundamental es evitar que el incremento de la temperatura media global de la tierra supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.


























Aunque es el GEI menos intenso, el más importante por su cuantía presente en la atmósfera es el dióxido de carbono (CO2), que proveniente principalmente de la combustión de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural (en orden decreciente de su producción de CO2). Las emisiones mundiales de CO2 han aumentado casi un 50% desde 1990.

Pero no será hasta 2005 cuando el Protocolo realmente entra en vigor. Establece metas vinculantes de reducción de las emisiones para, al día de hoy, los 192 países (al principio eran 84) que son responsables del alrededor del 64% de las emisiones, reconociendo que son los principales responsables de los elevados niveles de emisiones de GEI, principalmente CO2, que hay en la atmósfera y que son el resultado de quemar fósiles combustibles durante más de 150 años. En este sentido el Protocolo tiene un principio central: el de la «responsabilidad común pero diferenciada». El Protocolo ha movido a los gobiernos a establecer leyes y políticas para que las empresas cumplan sus compromisos, y lo tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre sus inversiones. También ha dado origen al llamado “mercado del carbono”: un sistema de comercio a través del cual los gobiernos, empresas o individuos pueden vender o adquirir reducciones de gases efecto invernadero.

La lucha contra el cambio del clima y en particular el Protocolo de Kioto han seguido un camino tortuoso. Unos países tardaban más que otros en comprometerse, unos cumplen más y otros menos. En marzo de 2001, EEUU, el mayor emisor de gases con efecto invernadero, decidió retirarse del Protocolo. (Muy recientemente el nuevo presidente Donald Trump ha manifestado no creer en el Cambio Climático, en contra de la opinión generalizada de los científicos y de la mayoría de los países desarrollados, y quiere apostar por el carbón)

Diez años después de la cumbre de Río, en 2002, tuvo lugar la Cumbre de Johannesburgo. En su Informe sobre el cumplimiento de la Agenda 21 el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, tuvo que recordar que: "El desarrollo sostenible no es alcanzable sin cambios fundamentales en el modo en que las sociedades industriales producen y consumen." (Ver más sobre el Protocolo de Kioto y los GEI, aquí)

Situación actual

La anteúltima COP tuvo lugar en París en diciembre 2015 (COP21). En sus conclusiones dice: “La COP21 terminó con la adopción del Acuerdo de París que establece el marco global de lucha contra el cambio climático a partir de 2020. Se trata de un acuerdo histórico de lucha contra el cambio climático, que promueve una transición hacia una economía baja en emisiones y resiliente al cambio climático. Es un texto que refleja y tiene en cuenta las diferentes realidades de los países, es justo, ambicioso, duradero, equilibrado y jurídicamente vinculante.”

En la última COP, en Marrakech en noviembre de 2016 (COP22), los países participantes han prometido “paquetes de miles de millones y billones de dólares de apoyo para tecnologías limpias”, y “23 millones de USD al Centro y Red de Tecnología del Clima, que apoya a los países en desarrollo en temas de desarrollo y transferencia de tecnología para el clima. Como instrumento de implementación del Mecanismo Tecnológico, dicho centro es una institución clave para que las naciones puedan cumplir los compromisos que han contraído en virtud del Acuerdo de París.”

La próxima reunión COP23 está prevista en noviembre de este año 2017 en Bonn, donde está la sede del Secretariado del Cambio Climático y que tratará sobre los avances del Protocolo de Kioto y del Acuerdo de Paris.

Repercusión en la economía y en empleo

Está claro que estos compromisos seguirán teniendo una fuerte repercusión en la economía, en el empleo y en el emprendimiento en los próximos años en diversos sectores y en diversas tecnologías, desde la I+D hasta la aplicación innovadora. Algunos ejemplos:

Las energías renovables: solar (térmica y fotovoltaica), eólica (terrestre y marina), geotérmica (p.ej. para viviendas), hidroeléctrica, maremotriz, biocombustibles (biodiesel y biocarburantes tales como bioalcoholes o bioéteres, obtenidos de cultivos renovables que preferiblemente no compitan con los alimentos  ni necesitan deforestación), biogás (a partir de residuos orgánicos), biomasa (p.ej. de residuos forestales)…  Los progresos: Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2015 el crecimiento en capacidad de electricidad renovable alcanzó un record de 153 GW (sobre todo eólica y solar fotovoltaica), lo cual equivale al total de capacidad de energía eléctrica de un país como Canadá. Noruega, el país de Europa más rico en petróleo ya produce toda su electricidad de forma renovable. La AIE vaticina un crecimiento global de energías renovables del 42% (825 GW) para el año 2021.

Transporte - Automóviles: coches eléctricos (a condición de que consuman electricidad renovable), híbridos, o que funcionan con biocombustibles o con hidrógeno (depende de cómo se obtiene). Según la AIE en 2015 ya había 1,26 millones de coches eléctricos en el mundo, y la previsión es alcanzar entre 100 y 140 millones en el año 2030. Hay ciudades que han cerrado el acceso a sus centros para automóviles diesel, otras solo dejan entrar vehículos  alternando matrículas pares e impares, otras las cierran completamente al tráfico. Más que por el cambio climático, la razón es la mala combustión del combustible que emite monóxido de carbono y partículas no quemadas o parcialmente quemadas. Aparte de funcionar peor, un vehículo en la ciudad consume por kilómetro mucho más que en carretera. Además, junto con las calefacciones residenciales los gases de escape producen  las “boinas” que cubren algunas ciudades y las “nieblas” contaminadas que obligan a peatones a llevas máscaras. También hay que descongestionar más muchas carreteras y aumentar el transporte público sostenible.

Industrias en general: Tecnologías de captura, transporte, almacenamiento, secuestro y transformación o usos del CO2 producido en instalaciones de combustión de combustibles fósiles (sobre todo centrales térmicas de carbón). Se estima que esta tecnología puede absorber del  orden del 20 al 30 por ciento del CO2 que hay que eliminar. Es una tecnología costosa, y por eso su desarrollo es lento, pero están apareciendo innovaciones que la abaratan. (Referencia AIE)


En la agricultura y agronomía: biodiversidad, forestación (y evitar la deforestación: cuidar los bosque y selvas actuales), cultivo de materias primas para biocombustibles que no compitan con las destinadas a la alimentación.  Por ejemplo aceites vegetales (que no se usan para alimentación, a partir de p.ej. jatrofa, colza, microalgas, en particular las que pueden crecer en zonas desérticas), o aceite usado.

En el sector de bebidas y alimentos: aprovechamiento de residuos alimenticios, y transformación de subproductos de la fabricación de bebidas alcohólicas en biocombustibles y en energía.

(Producción de biocombustibles a partir de los productos residuales de la destilación del whisky (Fuente: Celtic Renewables Ltd.)


El sector de la construcción y urbanización: edificios inteligentes que usan energía solar, materiales aislantes, la bomba de calor, energía geotérmica. Ciudades con zonas peatonales y parques, etc.

Ahorro y optimización energética en la Industria en general: aislamiento, sistemas de recuperación de energía, eficiencia energética, cogeneración de vapor y energía eléctrica, sistemas y tecnologías de control y optimización, de comunicación, de información digital.

En el estudio de la OCDE, citado al principio, cuentan que algunas empresas han reformado completamente su negocio. Estas empresas citaron una serie de estrategias tomadas para la transición hacía una economía verde que incluyen:
  • La construcción de un conducto que asegura que el sector de la educación y formación prepare a los individuos con las aptitudes adecuadas
  • La contratación: por ejemplo enviar ofertas de empleo a las universidades o a una facultad asociada.
  • Formación: establecer enlaces con las federaciones de los sectores, contratar a consultores especializados en la formación de empleados, y disponer de mentores dentro de la empresa.
  • Redes que comparten conocimiento y que animan a los empleados a participar en conferencias temáticas, a colaborar con otras empresas en el sector, o con empresas de la cadena de valores.
Las empresas señalaban que en esta transición hay una necesidad creciente de aptitudes técnicas y la mitad de ellas han tenido que aumentar las de sus empleados y darles más formación.


Otros artículos relacionados
  1. Desarrollo sostenible-cambio climatico-Kioto - Un desafío para la industria de proceso española, René Aga Van Zeebroeck, Ingeniería Química, Nº 414, Junio 2004.
  2. CAPTURA Y SECUESTRO DE CO2 - ¿La solución para los grandes consumidores industriales de energías fósiles?, René Aga Van Zeebroeck, Ingeniería Química, nº 488, Junio 2007
  3. Las Membranas Industriales - Una tecnología que contribuye a la eficiencia energética de los procesos, René Aga Van Zeebroeck, Ingeniería Química, nº 462, Septiembre 2008 (Número especial para EXPOQUIMIA 2008 de Barcelona)
  4. “Mañana empieza hoy” - Empieza el Año de la Biodiversidad, W. Erdelen, 18 Enero 2010, Blog E2i.
  5. Clima: el grito de alarma lanzado por los expertos,31 mayo 2011, Carmen Echebarría, Blog Construyendo Capital Humano (NSF).
  6. Innovative Chemistry is required to fight Climate Change, René Aga Van Zeebroeck, Dr.Sc. (SECOT), Industria Química, Nº 23, 2015, Achema 2015 Edition.
  7. Cómo la solidaridad entre los países puede contribuir a la lucha contra el Cambio Climático: el ejemplo de Noruega y Guyana, René Aga, 22 Septirmbre 2015. Blog Construyendo Capital Humano (NSF)



domingo, 13 de diciembre de 2015

El compromiso de la COP21 sobre la lucha contra el Cambio Climático debería contribuir al crecimiento de la economía y del empleo.


Ha terminado la COP 21, la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que ha reunido a 195 países en París del 30 de Noviembre al 11 de Diciembre 2015. Ha sido una de las más importantes porque debía llevar a un acuerdo internacional de hacer lo posible para que el recalentamiento del clima se quede por debajo de los 2ºC. En concreto en el acuerdo final (no firmado) los países se han comprometido a hacer lo posible para que la temperatura no suba más que 1,5ºC. La duda es si todos lo cumplirán, pero todos harán un esfuerzo, por necesidad. De todas formas es un gran paso adelante: la prensa lo llama “histórico”.

Ha sido un largo recorrido desde la primera conferencia sobre el clima en Ginebra hace 26 años. Después, en la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro en 1992 se reconoció formalmente la responsabilidad del ser humano del desajuste climático y se firmó la Convención Marco, cuyo objetivo es estabilizar las concentraciones de gases con efecto invernadero  a un nivel que impida cualquier perturbación humana peligrosa para el clima. Hace ocho años, en diciembre 1997, se adopto el Protocolo de Kioto que cuantificaba los compromisos de reducción de las emisiones de los países firmantes. Terminó en 2012 pero su eficacia no fue suficiente y varios países industriales han adoptado un segundo periodo del protocolo de 2013 a 2020.

Para conseguir el objetivo de 1,5ºC (y 2ºC máx.), es preciso reducir notablemente las emisiones de CO2 , el gas más importante con efecto invernadero (El CO2 es responsable del 75% de las emisiones globales causadas por el hombre), que en su mayoría proviene de la combustión de los combustibles fósiles, que son el carbón, el petróleo y el gas natural, en este orden descendiente de su importancia en las emisiones de CO2.

El 3 de Julio de 2015 la OCDE había editado un informe “Convergencia de Políticas Públicas para una Economía con Emisiones bajas en Carbono”, producido en cooperación con la Agencia Internacional de la Energía, el Foro Internacional del Transporte y la Agencia de la Energía Nuclear. Este informe identifica los desajustes entre los objetivos del cambio climático y los marcos políticos y regulatorios en una serie de parcelas políticas (la inversión, los impuestos, la innovación y las aptitudes, el comercio, y la adaptación) y en actividades que están en el centro de la política del clima (la electricidad, la movilidad urbana y el uso de la tierra rural).

El acuerdo de la COP21 va a suponer un cambio importante en el modelo económico, dado que las empresas que más emisiones de carbono emiten están entre las más grandes del mundo, y deberán aplicar cambios importantes en sus producciones y sus procesos.  En primer lugar las empresas energéticas. Además, las necesidades de energía van a ir en aumento debido al aumento de la población y el avance de los países en desarrollo. Se presentan dos desafíos: por un lado el esfuerzo de los gobiernos, empresas y ciudadanos de reducir su consumo energético y por otro lado el esfuerzo de la industria energética,  que deberá satisfacer la demanda de energía para permitir el crecimiento económico y al mismo tiempo cumplir con los acuerdos de la lucha contra el cambio climático.

Esto va a suponer fuertes cambios en la industria que implicarán aprovechar y mejorar al máximo las tecnologías actuales y hacer un gran esfuerzo de desarrollo de tecnologías nuevas.

A continuación se citan algunos ejemplos de medidas que ya se están aplicando y/o están en fase de investigación y desarrollo:

1.- Medidas de la industria para reducir las emisiones de CO2 provenientes de la combustión de combustibles fósiles:

  • Ahorro energético, aumento de la eficiencia energética, optimizar el uso energético y recuperar el calor de los procesos industriales.
  • Usar combustibles fósiles con menores emisiones de CO2 : sustitución de combustibles pesados (carbón, fuelóleo, gasóleo) por ligeros (gas natural-metano, gases licuados). Conversión de combustibles pesados en ligeros (gasificación).
  • Captura y secuestro del CO2 de los gases de combustión. Especialmente en centrales térmicas de carbón.

2.- Desarrollo producción y uso de energías alternativas renovables:

  • Energía eólica
  • Energía solar: térmica y fotovoltaica.
  • Almacenamiento de energía: térmica (p.ej. sales fundidas) y eléctrica (p.ej. baterías de alta capacidad)
  • Biocombustibles renovables para motores diesel (biodiesel) y gasolina (bioalcoholes, bioéteres), producidos con materias primas obtenidas a partir de residuos, subproductos, o de cultivos que no disminuyan la forestación ni compitan con comestibles.
  • Máximo aprovechamiento de la energía hídrica.
  • Fusión nuclear para sustituir a la fisión nuclear.

3.- Sector de la Construcción:

  • Conservación y optimización energética de edificios: edificios inteligentes (optimización del uso de la energía), aislamiento térmico,
  • Uso de energías renovables en edificios: energía solar térmica y fotovoltaica, geotérmica, bomba de calor, etc.

Es de suponer y esperar que muchas de estas medidas y desarrollos favorecerán el desarrollo y crecimiento económico mediante la creación, ampliación e innovación de empresas y la creación de empleos en I+DT, ingeniería y construcción, producción y comercialización.

Algunas referencias: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19
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