“Con afirmaciones como ‘estamos
encarando el final de la crisis’ y ‘comenzamos una fase de recuperación’, el
presidente de la patronal apuntó ayer el final de un periodo ‘de cierta locura’
que suele suceder a otros de bonanza económica”
¡Qué ilusión! ¡Si pudiera ser
verdad que estamos viendo la luz al final del túnel! Pero no es verdad. He puesto el título entre comillas porque se trata de
unas frases pronunciadas para La Gaceta de los Negocios del 28 de Abril de 1994 por el entonces
presidente de la CEOE, José María Cuevas, que acababa de ser reelegido.
Encontré el periódico entre unos viejos papeles al limpiar el altillo de un
armario. Hace ya 18 años de su publicación, pero en 2012 seguimos en un túnel
sin luz. Y parece que no aprendimos de la historia.
Hay que decir que el presidente
moderó enseguida su afirmación optimista. “Pese a las dosis de optimismo que
encierra la actual situación económica, José María Cuevas mostró su
preocupación por el retraso en que se ha producido en relación con los países
más competitivos y destacó el capítulo exterior como el determinante para la
buena salud económica de las empresas.”
¿Qué retraso en competitividad estaremos acumulando en la crisis
actual?
1994… Era antes del Euro. En el
mismo periódico se contó que el ministro de Industria y Energía, Juan Manuel
Eguiagaray, animó a los empresarios españoles “a aplicar una ‘política
inteligente de precios’ para no perder las ventajas del actual tipo de cambio
de la peseta”.
El periódico reflejó los
resultados de una encuesta sobre Estrategias Empresariales en la que se
constató la desaceleración de la producción y de las ventas en las empresas
españolas durante los años 1991 y 1992,
cuando la utilización de la capacidad productiva instalada decreció un 5%. Al
mismo tiempo reflejó “la disminución de la jornada efectiva de trabajo,
importantes recortes en el empleo y la caída generalizada de la inversión.”
Según la misma encuesta, “en ese bienio, las grandes empresas españolas
iniciaron sus ajustes antes que las medianas y pequeñas, por haber sufrido con
antelación las consecuencias del panorama recesivo en que entró la economía
española.”
En El Correo del 19 de Abril de 1994 aparecía un título “Expediente de
regulación temporal de empleo en AHV por el cierre de las baterías de cok” y en
artículo se dice que “Las cinco baterías de cok son las primeras instalaciones
afectadas por la reestructuración, a las que le seguirá el horno alto 1.”
(Según decía el periódico, este horno había sido reconstruido tres años antes, en 1991). El expediente de
regulación de empleo “tiene por objeto la acomodación de la plantilla a en el
proceso fijado por el plan de competitividad de la corporación de la Siderurgia
integral”, según dijo la dirección de la empresa.
En otra página de L a Gaceta de
los Negocios de 1994, el secretario
general de la OCDE Jean Claude Paye (que en castellano quiere decir “paga”),
decía (bajo el título “La OCDE reclama la flexibilización de las legislaciones
laborales”) que la solución de la crisis del empleo “debe ser una combinación
de políticas monetarias y presupuestarias a corto plazo, así como de políticas
estructurales y coyunturales.”
En la sección Tribuna del mismo
periódico Josep María Muntaner dice que “En el discurso de apertura de la
última reunión del Fondo Monetario Internacional, su director ejecutivo, Michel
Camdessus, planteó, una vez más, la necesidad de hacer ajustes estructurales,
tanto en los países industrializados, como en los países subdesarrollados.” Y añadió, “Un error que hicimos la mayoría de
nosotros fue no percibir claramente, o suficientemente pronto, que la tendencia
alcista en el paro en los países industrializados no era debida básicamente a
la evolución cíclica. Sabemos ahora (era en 1994!!!) que una fuerza oculta
creada por las rigideces estructurales, amplificó y fortaleció la desocupación
cíclica; todo eso resulta tanto más peligroso cuanto que es menos visible y
poco reversible fácilmente.” También afirmaba que “Solo a medio y a largo plazo
se advierten los enormes beneficios del saneamiento estructural: mejora la
eficacia de la economía y ésta puede actuar con un pleno uso de su capacidad de
producción. Por otra parte, aumenta la flexibilidad y la economía puede
adaptarse a las exigencias de la producción globalizada.”
Los cambios estructurales no son
evidentemente de corto plazo, pero han pasado veinte años. ¿Donde
están ahora estos cambios estructurales que tenían que disminuir el paro?
En la misma página que la del
artículo de la OCDE se cita a Lester Thurow
profesor del MIT, quien decía que “el elevado excedente comercial de
Japón repercute gravemente en la destrucción de empleo en Occidente.” Alguna
vez en un seminario le dije a un compañero que tendríamos que imitar a los
japoneses. Me respondió que habría que conseguir que los japoneses viviesen
como nosotros. Ahora ya no está solo Japón. Han llegado los chinos, y son
muchos más. Y vendrán los indios. ¿Y qué se va a hacer? … ¿Ir a remolque de
China y de India? ¿Que los chinos o los indios aprendan a vivir como nosotros?
Los chinos que montan sus negocios aquí no parecen estar dispuestos a cambiar mucho sus
métodos ni sus costumbres.
¿Y qué se decía de la pequeña
empresa en la ya citada Gaceta de los Negocios de 1994? Había otro artículo que
llevaba como título “La pequeña empresa requiere una legislación a la medida”,
y que decía que “La pequeña empresa es la principal creadora de puestos de
trabajo en situaciones difíciles como la actual. Sin embargo, se encuentra
fuertemente acosada por diversas trabas, que van desde las burocráticas (para
la creación de empresas) a las de tipo financiero.” Lo desveló una encuesta entre 6500 empresas de Gipuzkoa. Decía
en el periódico José María Ruiz de Urchegui, secretario general de ADEGI (Asociación
de Empresarios de Gipuzkoa), que “no es de recibo que en un entorno competitivo
como el actual se pierda más de un año para obtener los permisos para poner en
marcha una empresa.” Los empresarios se quejaban también de los excesivos
costes de la Seguridad Social, los tipos de IRPF, la presión fiscal indirecta,
los altos tipos de interés y el rígido marco laboral.
Se ve que no se ha aprendido de
los errores, en parte porque a los que los cometieron o que eran víctimas de
los mismos les han jubilado antes de tiempo, o se les aplicó el despido “no
traumático”. A algunos de alto nivel se les aplicó un despido más bien
balsámico. Ocurrió en particular cuando se fusionaron bancos. Con la marcha de
los cincuentones, ha pasado menos de una generación para hacer el relevo y la
nueva generación ha caído de nuevo en los mismos errores. La culpa no ha sido
de los ingenieros químicos, industriales, electrónicos, navales… que se dice
que están bien preparados. Es en gran medida de los llamados “ingenieros” financieros
(que no es un título oficial).
1994… Era la época del caso de Luis Roldán, el ex director general
de la Guardia Civil con “sus negocios”, y de cuando el Banco Santander se hizo
con el Banesto. La fábrica de coches Ford en Valencia anuló su regulación de
empleo, porque recibió dinero de la Generalitat. Se habló del expediente de
regulación de empleo de Casa (Construcciones Aeronáuticas) en el que los
empleados afectados cobrarían el 70% de su salario.Seat, filial de Volkswagen
redujo su capital para compensar pérdidas de 1993. La RTVE reconoció pérdidas
de 95.000 millones (pesetas, era en 1994).
En Mayo 1994 la revista Tu Salud publicaba los resultados del estudio “El
paro, la gran epidemia” que revelaba que la mortalidad entre los parados en
Europa es el 20% mayor que en el resto de la población. Y que, según una
encuesta en varios países europeos entre los despedidos, que en los años
siguientes al despido existía un incremento de las hospitalizaciones de los
desempleados hasta cuatro veces superior a la media de la población general.
¿A donde nos va a llevar hoy y en el futuro próximo la crisis actual,
más severa que la del principio de los 1990?
Para empezar, en El Correo de hoy 13 de Julio de 2012 se dan los resultados de un
estudio del Gobierno Vasco “La familia en la Comunidad Autónoma del País Vasco”
según el cual más de la mitad de los jóvenes vascos no piensa tener hijos. Son
tres veces más que en 2001. Dice el sociólogo Victor Urrutia, director del
Gabinete de Prospección Socióloga del Ejecutivo que las causas son la crisis
económica y las dificultades para emanciparse de la juventud. Las condiciones
económicas impiden tener hijos. Advierte que los efectos se van a notar en dos
o tres años : se agudizará el envejecimiento de la población y tendrá efectos
negativos en la educación, sanidad, mercado de trabajo, pensiones, etc.
¿La crisis es la culpa de “los otros”? En la misma edición de El
Correo, en su columna sobre la decisión del Gobierno de España de elevar los
impuestos (en particular del IVA), el economista Ignacio Marco-Gardoqui
dice, “Las respuestas de ayer al
programa presentado por Rajoy muestran a las claras la radiografía social del
país de nuestros dolores. En primer lugar queda claro que nadie es culpable de
la crisis, ni ha hecho nada para facilitar su llegada. Aquí nadie ha hecho
locuras, ningún político ha construido infraestructuras por doquier que no
podía pagar; ninguna empresa ha invertido por encima de sus expectativas;
ninguna persona ha consumido por encima de sus posibilidades; nadie ha pagado
una factura sin IVA; nadie ha utilizado la cartilla de sus mayores para evitar
el pago de las medicinas o el precio de transporte; nadie ha cogido una baja
laboral sin causa; nadie ha rechazado un puesto de trabajo por simple pereza;
nadie cobra una prestación sin merecerla. Menos mal que tenemos a los banqueros
para que carguen ellos solos con el baldón de la culpa, porque sino estaríamos
completamente desorientados. En consecuencia, y como nadie es culpable, nadie
está dispuesto a sacrificarse en el empeño.” Y pide que cada uno empecemos a
pensar en nuestra colaboración en el esfuerzo colectivo, aunque admite que este
es “un planteamiento irreal e ilusorio”.
¿No tiene remedio este país?
Nos faltan los líderes con ideas (claras
y realistas), competentes, con poder de convicción, equitativos, valientes y
solventes, con visión de futuro. Manifestaciones como del 15M son una expresión
del malestar, pero las manifestaciones no lideran la acción. Impresionan y
presionan, pero no actúan.
El nuevo presidente de Bankia,
José Ignacio Goirigolzarri, afirmaba estos días ante los antiguos alumnos de
Deusto Business School que “debemos disciplinarnos antes de que nos disciplinen
los demás” Entre la multitud de quejas que hay, Goirigolzarri llama a la
ilusión y ambición de cada actor, con realismo. Una propuesta suya, concreta y
acertada, es que “se fomente la concentración de empresas en tamaños más
grandes y fuertes, lo que mejora la competencia exterior y la innovación.”
Hay que unirse y colaborar, y
vencer al individualismo, al egocentrismo, al egoísmo.
Los Seniors de SECOT están
dispuestos a colaborar de forma altruista y voluntaria. Ya lo están haciendo, desde hace 20 años.
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