El 10 de Diciembre pasado, en el Palacio de Congresos Euskalduna de Bilbao, tuvo lugar el VI Encuentro de
Educar y formar para la creatividad. “En los momentos de crisis sólo la creatividad es más importante que el conocimiento”, dijo hace años Albert Einstein. Para ser creativo hay que tener curiosidad y ser observador. Los niños pequeños lo tienen. Mi hijo me preguntó, cuando tenía 3 años: “¿Papá, de donde vienen las nubes?” Muchos pierden la curiosidad cuando se hacen adultos. Ven pero no observan. ¿Está fallando la educación? “El propósito de la educación es cambiar una mente vacía por una abierta” opinó el editor norteamericano Malcolm Forbes.
Educar y formar para la innovación. Pero no basta la curiosidad y la observación. Ni tener ideas. “Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas”, dijo Santiago Ramón y Cajal. Hay que desarrollar la idea y aplicarla. Con creatividad. Diciéndolo de otra forma con Einstein: "No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos".
El innovador es el fruto de un proceso educativo en valores y de una formación en aptitudes. Desde joven. Educación en valores: “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y les faltan al respeto a sus maestros”. ¿Una frase de hoy? No, ya la pronunció Sócrates 400 a.C. "La educación consiste en ayudar al niño a llevar a la realidad sus aptitudes" dijo Erich Fromm, el destacado psicólogo y filósofo alemán.
Y cuidar la salud mental. Con una mente defectuosa, es difícil aprender y crear. Hace poco habló en Televisión Vasca ETB2 el psiquiatra Javier Aizpiri sobre los estragos que hacen las drogas y el alcohol en muchos jóvenes de hoy con daños irreparables en el cerebro o muy difíciles de reparar. Con la consecuencia de abandono de estudios, o malos resultados en exámenes. Con la imposibilidad de concentrarse o memorar. Que esta generación puede ser "vieja" más pronto que la anterior. Asombra ver el porcentaje de menores que ya confiesan haber tomado droga o haberse emborrachado (y emborracharse casi cada semana). ¿No puede ser una parte del problema del abandono escolar, que en España es el doble que la media europea? (Según la OCDE)
Innovar con liderazgo y en equipo. Como lo ha dicho hace poco el Decano de Económicas y Empresariales de la Universidad de Deusto, Antonio Yábar: “Uno de los aspectos más importantes del empresario es la capacidad creativa, pero no solo como creación puramente individual, sino como el ejercicio de un liderazgo que sea transmitido al conjunto de la organización y que haga que las personas den lo mejor de sí mismas”. Esto requiere aptitudes: disciplina, compartir y delegar, empatía, organización, coordinación, etc. Esto se aprende por la educación. Ya antes de empezar a trabajar o de ir a la universidad. No se aprende en los botellones por muchos amigos que estén en la cuadrilla, ni con la play station jugando todo el tiempo libre encerrado en una habitación. Se aprende en movimientos juveniles, como los scouts, en los deportes de equipo (fútbol, baloncesto), trabajando como voluntario en una ONG, etc.
Practicar la innovación. Innovar es un proceso metódico y organizativo que empieza por uno mismo y que requiere para ponerlo en práctica lo que definió muy bien Ruyard Kipling “Tengo seis honestos criados que me han enseñado todo lo que sé. Sus nombres son: dónde, qué, cuándo, por qué, cómo y quién” Un método que se practica a cualquier edad…
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