Ha terminado la COP 21, la 21 Conferencia de las Partes de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que ha reunido
a 195 países en París del 30 de Noviembre al 11 de Diciembre 2015. Ha sido una
de las más importantes porque debía llevar a un acuerdo internacional de hacer
lo posible para que el recalentamiento del clima se quede por debajo de los
2ºC. En concreto en el acuerdo final (no firmado) los países se han comprometido
a hacer lo posible para que la temperatura no suba más que 1,5ºC. La duda es si
todos lo cumplirán, pero todos harán un esfuerzo, por necesidad. De todas
formas es un gran paso adelante: la prensa lo llama “histórico”.
Ha sido un largo recorrido desde la primera conferencia
sobre el clima en Ginebra hace 26 años. Después, en la Cumbre de la Tierra en
Rio de Janeiro en 1992 se reconoció formalmente la responsabilidad del ser
humano del desajuste climático y se firmó la Convención Marco, cuyo objetivo es
estabilizar las concentraciones de gases con efecto invernadero a un nivel que impida cualquier perturbación
humana peligrosa para el clima. Hace ocho años, en diciembre 1997, se adopto el
Protocolo de Kioto que cuantificaba los compromisos de reducción de las
emisiones de los países firmantes. Terminó en 2012 pero su eficacia no fue
suficiente y varios países industriales han adoptado un segundo periodo del
protocolo de 2013 a 2020.
Para conseguir el objetivo de 1,5ºC (y 2ºC máx.), es preciso
reducir notablemente las emisiones de CO2 , el gas más importante con efecto
invernadero (El CO2 es responsable del 75% de las emisiones globales causadas
por el hombre), que en su mayoría proviene de la combustión de los combustibles
fósiles, que son el carbón, el petróleo y el gas natural, en este orden descendiente
de su importancia en las emisiones de CO2.
El 3 de Julio de 2015 la OCDE había editado un informe “Convergencia de Políticas Públicas para una
Economía con Emisiones bajas en Carbono”, producido en cooperación con la
Agencia Internacional de la Energía, el Foro Internacional del Transporte y la
Agencia de la Energía Nuclear. Este informe identifica los desajustes entre los
objetivos del cambio climático y los marcos políticos y regulatorios en una
serie de parcelas políticas (la inversión, los impuestos, la innovación y las
aptitudes, el comercio, y la adaptación) y en actividades que están en el
centro de la política del clima (la electricidad, la movilidad urbana y el uso
de la tierra rural).
El acuerdo de la COP21 va a suponer un cambio importante en
el modelo económico, dado que las empresas que más emisiones de carbono emiten
están entre las más grandes del mundo, y deberán aplicar cambios importantes en
sus producciones y sus procesos. En
primer lugar las empresas energéticas. Además, las necesidades de energía van a
ir en aumento debido al aumento de la población y el avance de los países en
desarrollo. Se presentan dos desafíos: por un lado el esfuerzo de los
gobiernos, empresas y ciudadanos de reducir su consumo energético y por otro
lado el esfuerzo de la industria energética,
que deberá satisfacer la demanda de energía para permitir el crecimiento
económico y al mismo tiempo cumplir con los acuerdos de la lucha contra el
cambio climático.
Esto va a suponer fuertes cambios en la industria que
implicarán aprovechar y mejorar al máximo las tecnologías actuales y hacer un
gran esfuerzo de desarrollo de tecnologías nuevas.
A continuación se citan algunos ejemplos de medidas que ya se
están aplicando y/o están en fase de investigación y desarrollo:
1.- Medidas de la industria para reducir las emisiones de
CO2 provenientes de la combustión de combustibles fósiles:
- Ahorro energético, aumento de la eficiencia energética, optimizar el uso energético y recuperar el calor de los procesos industriales.
- Usar combustibles fósiles con menores emisiones de CO2 : sustitución de combustibles pesados (carbón, fuelóleo, gasóleo) por ligeros (gas natural-metano, gases licuados). Conversión de combustibles pesados en ligeros (gasificación).
- Captura y secuestro del CO2 de los gases de combustión. Especialmente en centrales térmicas de carbón.
2.- Desarrollo producción y uso de energías alternativas renovables:
- Energía eólica
- Energía solar: térmica y fotovoltaica.
- Almacenamiento de energía: térmica (p.ej. sales fundidas) y eléctrica (p.ej. baterías de alta capacidad)
- Biocombustibles renovables para motores diesel (biodiesel) y gasolina (bioalcoholes, bioéteres), producidos con materias primas obtenidas a partir de residuos, subproductos, o de cultivos que no disminuyan la forestación ni compitan con comestibles.
- Máximo aprovechamiento de la energía hídrica.
- Fusión nuclear para sustituir a la fisión nuclear.
3.- Sector de la Construcción:
- Conservación y optimización energética de edificios: edificios inteligentes (optimización del uso de la energía), aislamiento térmico,
- Uso de energías renovables en edificios: energía solar térmica y fotovoltaica, geotérmica, bomba de calor, etc.
Es de suponer y esperar que muchas de estas medidas y
desarrollos favorecerán el desarrollo y crecimiento económico mediante la
creación, ampliación e innovación de empresas y la creación de empleos en I+DT,
ingeniería y construcción, producción y comercialización.
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