Los
días 24 y 25 de noviembre tuvo lugar en Bilbao, en el auditorio Mitxelena del Bizkaia
Aretoa de la Universidad del País Vasco, el Youth Employment Forum (BYEF 2014), organizado por la Fundación Novia
Salcedo (NSF). Fue el primer acontecimiento público de NSF en apoyo a su campaña para solicitar a la ONU declarar
2019-2028 como década del empleo juvenil, que forma parte de su programa PEGASUS.
Según
se decía en el blog de NSF: “El BYEF se dirige a actores sociales, representantes
de políticas de empleo y juventud, representantes de organizaciones juveniles,
universidades, mundo educativo, empresas y organizaciones empresariales,
sindicatos, administraciones internacionales, europeas, nacionales, regionales
y locales, técnicos de la Garantía Juvenil, servicios públicos de empleo,
principales organismos internacionales, europeos y nacionales de empleo
juvenil, departamentos de empleo y de juventud de las instituciones
internacionales, europeas, nacionales, regionales y locales, organizaciones de
la sociedad civil.”
Por
otra parte, el Foro pretendía ser “parte de un enfoque reflexión- acción,
construir conocimiento compartido y dar una respuesta al problema del empleo
juvenil”, siguiendo “una metodología de diálogo abierto multilateral y un
análisis basados en las evidencias.”
Asistí el 24 de noviembre a las sesiones de apertura y a la presentación del programa, en la que primero tomaron la palabra Ibon Areso, Alcalde de Bilbao, Luis Cañada, Presidente de NSF, Rubén Urosa, Director General de INJUVE, Juan María Aburto, Consejero de Empleo del Gobierno Vasco, e Iñaki Goirizelaia, Rector de la Universidad del País Vasco.
Después
presentaron su visión sobre el panorama juvenil en diferentes regiones del
mundo Benita Ferrero Waldner, Presidenta de la Fundación
Europa-Latinoamerica y Caribe, Ekkehard Ernst, Jefe de la Unidad de
Empleo y de Políticas macro-económicas para el empleo sostenible de la OIT, y
un panel de embajadores en el que participaban Johan Vibe Embajador de
Noruega, Dr. Peter Huber Embajador de Austria, Jon Allen
Embajador de Canadá y Carla María Rodríguez Nancia Embajadora de
Guatemala.
De
un especial interés me parecía la conferencia del Embajador de Noruega, Johan
Vibe, que habló de su país que
tiene poco más que 5 millones de habitantes y una densidad de tan solo 15,5
habitantes por km2, pero que es de los más prósperos del mundo, con un PIB per
cápita de los mayores que hay, más de 100.000 dólares, y un estándar de vida de
sus ciudadanos, también de los más altos, reflejado en una renta de alrededor
de 67.000 dólares per cápita.
Evidentemente
en esto tienen mucho que ver las reservas de petróleo y gas, de los que Noruega
es uno de los mayores productores y exportadores del mundo y que aportan más
que el 20% del PIB del país. (Y que además tiene importantes recursos
naturales, como por ejemplo una notable energía hídrica, que suministra casi la
totalidad de la energía eléctrica). El petróleo y el gas no son sus únicas
riquezas: Noruega es también el segundo exportador del mundo de pescado.
Exporta más de 2 millones de toneladas de pescado a más de 140 países. Sobre
todo son apreciados los salmones, criados en fiordos con aguas limpias, frescas
y cristalinas.
Pero
lo más positivo de todo esto es que está controlado por el estado, y los
ingresos no sirven para llenar de coronas los bolsillos de unos pocos, sino que
revierten en beneficio de la población. Los salarios son altos y la diferencia
entre los más altos y los más bajos es mucho menor que en otros países
occidentales. La educación pública, incluida la superior, es prácticamente gratuita,
y los estudiantes de la enseñanza privada reciben préstamos en condiciones
ventajosas. El estado gasta cerca de 6.000 dólares por habitante al año en
salud pública. La tasa de desempleo es de las más bajas que hay, inferior al
4%. La proporción de personas empleadas
en servicios públicos es la más alta de la OCDE. En 2013 Noruego ocupó el primer
puesto en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Sin embargo, a
pesar de (o quizás a causa de) esta riqueza, de la que se aprovechan también
las empresas privadas, los gastos en I+D están por debajo de la media europea aunque
parece que se hacen esfuerzos para aumentarlos. Quizás no hay una gran
necesidad ahora, pero hay que pensar en el futuro…
El
día siguiente, el 25 de Noviembre, el Foro se dedicó a las sesiones plenarias y
mesas redondas, coordinadas por el equipo de profesionales de NSF y con la
participación de unos cuantos expertos de diversos ámbitos que exponían su
visión de la problemática. No pude asistir pero las conclusiones provisionales
que se sacaron fueron, según he leído en la prensa, la necesidad de una formación
dual y las prácticas formativas tutorizadas y remuneradas en las empresas,
promover la movilidad, abandonar las políticas de austeridad e impulsar el
crecimiento económico, una mayor armonización y regulación fiscal entre los
países, la inversión en sectores económicos con futuro, entre otras.
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