miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Cómo está la competitividad?


Hoy, 4 de septiembre de 2013, el Foro Económico Mundial ha difundido su Informe Global de Competitividad 2013-14 (The Global Competitiveness Report 2013-14).

Xavier Sala-i-Martin, Profesor de Economía de la Universidad de Columbia, Estados Unidos dijo: “El informe destaca un cambio en los acontecimientos de la economía mundial con respecto a la situación de hace un año, cuando apagar las llamas de las urgencias económicas seguía caracterizando en gran medida la política económica mundial y regional. Ahora, en cambio, se observa una creciente urgencia de que los líderes hagan reformas estructurales amplias en sus economías”.
¿Cómo está, según el Informe, la competitividad en el mundo, en Europa y en España? En resumen:
A nivel mundial, un nivel de innovación excelente y entornos institucionales robustos influyen crecientemente sobre la competitividad de las economías. Según el informe, Suiza encabeza la clasificación por quinto año consecutivo. Singapur y Finlandia permanecen en segundo y tercer lugar, respectivamente. Alemania sube dos lugares (4º) y Estados Unidos invierte una tendencia de cuatro años a la baja, subiendo dos lugares, a quinto. Hong Kong SAR (7º) y Japón (9º) también están cerrando la brecha con las economías más competitivas, en tanto que Suecia (6º), Países Bajos (8º) y Reino Unido (10º) pierden lugares.
Estados Unidos sigue siendo uno de los líderes mundiales en cuanto a la comercialización de productos y servicios innovadores. Su ascenso en la clasificación se debe a la mejora percibida en el mercado financiero del país así como a una mayor confianza en sus instituciones públicas. Sin embargo, persisten graves inquietudes acerca de su estabilidad macroeconómica, clasificada 117 de un total de 148 economías.
En Europa, los esfuerzos por resolver los problemas de la deuda pública y evitar una desintegración del euro han desviado la atención sobre los problemas de competitividad. Las economías de Europa meridional como España (35º), Italia (49º), Portugal (51º) y especialmente Grecia (91º) tienen todas que seguir esforzándose en resolver aspectos ligados a las débiles del funcionamiento y eficiencia de sus mercados, impulsar la innovación y mejorar el acceso a la financiación para reducir la brecha que las separa de otros países europeos en materia de competitividad.
Si miramos a Iberoamérica, vemos que Chile (34º) sigue estando por delante de España, y Panamá no está muy lejos (40º).
España ha mejorado un poquito su posición en el ranking, ya que ocupaba el puesto 36º en los dos informes anteriores.
En los llamados requerimientos básicos para la competitividad, Lo mejor de España es su infraestructura (10º): calidad de las carreteras, de la infraestructura de ferrocarril, de los puertos, del transporte aéreo y del suministro eléctrico. No tan bueno es el apartado institucional (58º). En este sentido destacan en sentido negativo, la carga de regulaciones de la administración pública (125º), el grado de despilfarro del gobierno (113º), la confianza del público en los políticos (101º). A pesar del fin de los actos terroristas, el coste empresarial por el terrorismo sigue notándose (93º). Tampoco brilla la eficacia de los consejos de administración corporativos (93º), la transparencia de la política del gobierno (87º), la fortaleza de las normas de auditoría y presentación de informes (85º), la protección de los inversores (84º), la protección de los pequeños inversores (79º), la independencia de la justicia (72º), la eficiencia del marco legal para resolver disputas (70º), etc. Entre los pocos aspectos favorables destaca la fiabilidad de los servicios de la policía (18º).
En el entorno macroeconómico, España destaca por su baja inflación anual (1º), pero es prácticamente lo único. Lo peor es el balance del presupuesto del gobierno sobre el PIB (145º), y la deuda pública comparada al PIB (132º). Tampoco es brillante el ahorro bruto anual (78º).
En el tema de la salud y educación primaria las cosas no están mal, estamos entre los mejores en esperanza de vida (5º) y en la matriculación en la enseñanza primaria (8º).
Educación superior y formación. Aunque la matriculación en la enseñanza secundaria y terciaria es excelente (2º y 8º), la calidad del sistema educacional no lo es tanto (77º), y menos la calidad de la enseñanza de las matemáticas y de las ciencias (88º). Destaca sin embargo la calidad de las escuelas de negocios (4º).  Lo peor es el grado de formación del personal (97º).
Los negocios y mercado de bienes, lo peor: el peso de las importaciones como porcentaje sobre el PIB (121º), el efecto de la imposición sobre los incentivos para la inversión (118º), el número de procedimientos para crear un negocio (116º) y el tiempo que se tarda en crearlo (105º), los costes de la política agraria (101º). Entre aspectos positivos están las tarifas sobre el comercio (4º) y la intensidad de la competición local (28º)
Mal estamos en la eficiencia del mercado laboral. En salarios y productividad (132º) y en la flexibilidad de fijación de los salarios (131º), en las prácticas de contratación y de despido (123º), el efecto de los impuestos sobre los incentivos al trabajo (121º), la capacidad del país de retener al talento (108º) y de atraerlo (102º), la cooperación en las relaciones entre trabajadores y empresas (107º). Lo mejor (¿?), la confianza en la gestión profesional (51º), y la proporción de mujeres en la fuerza laboral (67º).
Tampoco brilla el desarrollo del mercado financiero. En particular, la facilidad de acceso a préstamos (138º), la solidez de los bancos (127º), la disponibilidad de capital riesgo (105º), la financiación a través del mercado local de capitales (101º), a pesar de la disponibilidad de servicios financieros (37º).
En preparación tecnológica no nos podemos quejar. En suscripciones de banda ancha en móviles (24º) y en fijas de internet (25º), así como en el uso de banda ancha internacional de internet (26º). La disponibilidad de las últimas tecnologías (33º) y de número de internautas (34º).
El tamaño del mercado domestico y exterior es alto (14º y 19º), pero exportamos poco (91º)
En “sofisticación” de las empresas la situación es aceptable: calidad y cantidad de suministros locales, la naturaleza de la ventaja competitiva, sofisticación del proceso productivo, etc. Lo negativo: la voluntad de delegar autoridad (70º).
Finalmente, en innovación España puntúa bastante “regular”. En capacidad innovadora (57º), gasto en I+D de las empresas (50º), colaboración universidad- empresa en I+D (48º). A pesar de la alta disponibilidad de científicos e ingenieros (11º), y la aceptable calidad de las instituciones de investigación (36º), y del buen número de patentes depositados (25º).
Ojala sirva este diagnóstico del Foro Económico Mundial para corregir la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los seniors de SECOT tienen una larga experiencia empresarial y profesional. Los que escriben en este blog, lo hacen a título individual y SECOT no asume ninguna responsabilidad sobre los contenidos de sus aportaciones. Los lectores que tienen comentarios o sugerencias, o que quieren entrar en contacto con nosotros, lo pueden hacer usando el formulario en nuestra página web de SECOT Bizkaia.