El protocolo de Kioto, que entró en vigor en 2005, termina a finales del próximo año 2012 y se está muy lejos de cumplir su objetivo, dado que en 2010 se batió el record de emisiones de gases con efecto invernadero en el mundo, en particular de CO2. Intensificar la investigación y el desarrollo de las tecnologías de mitigación del cambio climático se ha convertido en una urgencia y una prioridad. No se han alcanzado los objetivos de I+DT de la UE para 2010. Y en España el esfuerzo realizado ha sido insuficiente para conseguir estar en el promedio de la UE. Ante la urgencia de tomar medidas para asegurar su sostenibilidad, las grandes empresas energéticas y químicas europeas han cambiado en los últimos años en mayor o menor medida su estrategia y han intensificado su I+DT en la reducción de las emisiones de CO2 y en el desarrollo de alternativas a las energías fósiles, de productos y de materiales sostenibles. Sin embargo la crisis económica ha ralentizado este progreso.
Lo anterior es un breve resumen del artículo “Investigar para la sostenibilidad de la industria transformadora de energía y química” (1), que ha sido publicado en la revista INGENIERÍA QUÍMICA, en el número especial de la EXPOQUIMIA 2011, el Salón Internacional de la Química que ha tenido lugar del 14 al 18 de noviembre en Barcelona. El artículo compara la situación actual con la de hace seis años cuando publiqué, también en el número especial de la EXPOQUIMIA 2005 de la revista INGENIERÍA QUÍMICA, un artículo titulado “La I+DT: una prioridad para una industria de proceso competitiva y sostenible” (2).
El artículo de 2005 decía: “El previsible incremento del consumo de materias primas fósiles y su repercusión en el Cambio Climático exigirán un cambio en profundidad de las tecnologías de producción en los sectores industriales intensivos en energía. Va a ser necesario un esfuerzo enorme de Investigación y Desarrollo Tecnológico (I+DT) globalmente, pero aún más en Europa y en particular en España... En España es necesario que la industria se comprometa más con la I+DT, pero la industria no lo asumirá si no está convencida que su sostenibilidad a largo plazo depende de ello. La visión de largo plazo, la competitividad futura y el liderazgo de una empresa se miden en una gran medida por su actividad de I+DT.” Y entre las conclusiones destacaba que “En general el gasto de I+D de las grandes empresas subió pero no en la misma proporción que la cifra de negocios y los beneficios, en los años previos a 2005. España sigue sin despegar a pesar del incremento de la I+D en el sector público y la industria española todavía está lejos del esfuerzo necesario para acercar España a la media europea.” E hice algunas recomendaciones: “Hay que buscar más sinergias en asociaciones, en programas transnacionales y de gran alcance, y en un mayor aprovechamiento, por parte de las filiales de las grandes empresas extranjeras que operan en España, del sistema y potencial español de I+D. En la misma línea, la industria, aparte de dedicar ella misma mayores recursos humanos y financieros a la I+DT, debe revisar su forma de trabajar con las universidades y con los centros de I+D. La industria intensiva en energía tendrá que desarrollar nuevas tecnologías de procesos y de operaciones muy distintas a las actuales. Las tecnologías convencionales, aunque se mejoren, no satisfarán las exigencias de reducción de los GEIs después del 2012, término del Protocolo de Kioto. Las empresas españolas necesitan adquirir una visión de largo plazo que implica una mayor conciencia de la necesidad y de la importancia de la I+D.”
Observando la situación actual, lo dicho entonces sigue vigente. Desde que el Protocolo de Kioto entró en vigor en 2005, la preocupación por el Cambio Climático, que afecta también a la sostenibilidad de la industria, no ha hecho más que aumentar. Porque el objetivo para 2012 no se va a cumplir y no queda más remedio prorrogar el Protocolo después de 2012 con nuevos y más fuertes compromisos, también por parte de la industria. Con el inconveniente de que estamos todavía inmersos en una crisis económica sin precedentes.
Este año 2011 es el Año Internacional de la Química, organizado bajo las auspicias de la UNESCO y la IUPAC (Unión Internacional para la Química Pura y Aplicada). He pensado que podía ser oportuno hacer un balance y ver qué perspectivas de futuro hay en lo que ataña la industria de la energía y de la química. En este nuevo artículo se pasa revista a la actividad de I+D en Europa y España, y a las actuaciones sobre la mitigación del cambio climático, porque ambos aspectos están fuertemente interconectados para asegurar la sostenibilidad de estas industrias. Las empresas analizadas son BASF, BP, DOW, DUPONT, ENI, REPSOL, SHELL, SOLVAY, STATOIL, y TOTAL. La información se ha obtenido de las memorias anuales de las compañías. Hay que destacar que la estrategia de BP ha sido fuertemente determinada por la explosión y el fuego en su plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México, que ha ocurrido en Abril de 2010.
La conclusión general del análisis es que, a pesar del esfuerzo realizado en I+D y de algunos avances obtenidos, España sigue muy por debajo del objetivo europeo del 3% del PIB, y necesita cambios estructurales y de orientación para mejorar. Es responsabilidad del gobierno impulsar y facilitar los cambios, pero las empresas son las que deben tomar iniciativas y unir esfuerzos, especialmente las Pymes, participando en clústeres o en proyectos en los que participan grandes empresas, como por ejemplo el Programa INNPRONTA de SUSCHEM-ES. La participación de las Pymes es una absoluta necesidad para la sostenibilidad de la economía del país en general y de la industria en particular.
El Cambio Climático está determinando fuertemente las estrategias y las inversiones de las grandes empresas energéticas y químicas, y la necesidad de mitigar el cambio climático está impregnando los programas y proyectos de I+D. Porque estas empresas, a pesar de que en general hayan atravesado la crisis obteniendo beneficios y sin sufrir serios problemas (salvo BP), están conscientes de que es necesario seguir este camino para asegurar su sostenibilidad. Es probable que este cambio de rumbo haya contribuido a que varias empresas hayan salido fortalecidas de la crisis para afrontar nuevas amenazas y retos futuros. “El desarrollo sostenible tiene una influencia profunda en los rumbos tomados por las grandes empresas industriales” (Informe Solvay: “Towards Sustainable Development – Assessment and Prospects 2008-2012”)
Entre los proyectos de I+DT orientados a la sostenibilidad ambiental destacan la captura y almacenamiento de CO2, los biocombustibles de segunda generación y bioproductos obtenidos a partir de materias primas que no compiten con los alimentos o con superficies necesarias para su cultivo (lignocelulosa, microalgas, jatrofa, etc.). En esta década el número de empresas involucradas en los biocombustibles se ha multiplicado.
Referencias:
(1) “Investigar para la sostenibilidad de la industria transformadora de energía y química”, R. Aga Van Zeebroeck (SECOT), Ingeniería Química, Nº 928, Octubre 2011.
(2) “I+DT - Una actividad prioritaria para una industria de proceso sostenible y competitiva”, R. Aga Van Zeebroeck (SECOT), Ingeniería Química, Nº 428, Octubre 2005
Ambos artículos se pueden leer online en la página web www.alcion.es (el abstract para todo público; el artículo entero en formato pdf para suscriptores)
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