“Elegir entre la prosperidad y el declive” es una de las frases que dijo el Presidente de los EEUU, Barack Obama, el pasado 22 de abril en ocasión del Día Mundial de la Tierra, en un discurso pronunciado en una fábrica de torres de energía eólica, Trinity Structural Towers.
Y dijo más cosas. Sobre el consumo energético de EEUU: “Igual que hemos liderado la economía global desarrollando nuevas fuentes de energía, también éramos líderes en el consumo de energía. Mientras constituimos menos del 5 por ciento de la población mundial, nuestra demanda de petróleo es la cuarta parte de la demanda mundial. Y este apetito se ha convertido ahora en un coste tremendo para nuestra economía… Es el coste de nuestra vulnerabilidad a la volatilidad de los mercados del petróleo… Es un coste que no se ha conocido desde la escasez de gas en la década de los 70’. Y hasta ahora, durante más de 30 años, poco se ha hecho acerca de ello... No nos podemos permitirnos más este enfoque – en ningún caso cuando el coste para nuestra economía, para nuestro país y para nuestro planeta es tan alto. Así que en este Día de la Tierra, ha llegado la hora de construir una nueva base para el crecimiento económico iniciando una nueva era de exploración energética en América… Ahora la elección no es entre salvar nuestro entorno y salvar nuestra economía. La elección a la que nos enfrentamos es entre la prosperidad y el declive. Podemos seguir siendo el mayor importador de petróleo del mundo, o podemos ser el líder mundial en la exportación de energía limpia.”
Muestra más respecto que su predecesor para Europa y Asia cuando dice: “Podemos pasar empleos del siglo 21 a nuestros competidores, o podemos tomar como reto lo que países en Europa y Asia ya han reconocido como un desafío y una oportunidad. La nación que lidera el mundo en la creación de nuevas fuentes de energía, será la nación que lidera la economía global del siglo 21. ”
Reconoce que no es tarea fácil: “Ahora, esto no será fácil. No existen balas de plata. No hay fuentes energéticas mágicas ahora mismo. Quizás algún chaval en algún laboratorio lo está descifrando. Dentro de veinte años puede que haya una fuente de energía totalmente nueva que no conocemos todavía. Pero ahora mismo, no hay ninguna bala de plata.”
Reconoce también que “No vamos a transformar nuestra economía de la noche a la mañana. Necesitamos todavía más petróleo y más gas. .. Tendremos que encontrarlo y usarlo de una manera sostenible para el ambiente… Pero el grueso de nuestros esfuerzos debe enfocarse en desencadenar una economía nueva, de energía limpia, que empezará a reducir nuestra dependencia del petróleo y que reducirá nuestra contaminación de carbono en un 80 por ciento en el horizonte 2050, y que creará millones de nuevos empleos aquí mismo en América…”
Sobre su importancia para el empleo: “Ya estamos viendo informes por todo el país sobre cómo esto ya está empezando a crear empleos, porque los gobiernos locales y las empresas se apresuran a contratar a gente para realizar el trabajo de construcción e instalación de estos productos eficientes en energía. Y estos pasos animarán la creación de empleo y la innovación cuando más americanos realicen compras que fijan un premio a la reducción del consumo energético. Las empresas por todo el país se unirán a la competición, desarrollando nuevos productos, buscando nuevos consumidores.”
Sobre su importancia para el empleo: “Ya estamos viendo informes por todo el país sobre cómo esto ya está empezando a crear empleos, porque los gobiernos locales y las empresas se apresuran a contratar a gente para realizar el trabajo de construcción e instalación de estos productos eficientes en energía. Y estos pasos animarán la creación de empleo y la innovación cuando más americanos realicen compras que fijan un premio a la reducción del consumo energético. Las empresas por todo el país se unirán a la competición, desarrollando nuevos productos, buscando nuevos consumidores.”
La eficiencia energética es muy importante. Es lo primero, pero no es suficiente. Continúa Obama diciendo: “Bien, este es el primer paso: la eficiencia energética. Es el fruto colgado abajo en el árbol. Pero la eficiencia energética solo constituye una parte del camino. Aunque ahorremos energía, necesitamos cambiar la manera de producirla. Hoy, América produce menos del 3 por ciento de su energía eléctrica mediante fuentes de energía renovables como la eólica y la solar – menos del 3 por ciento. Ahora, en comparación, Dinamarca produce casi el 20 por ciento de su energía eléctrica por la energía eólica. Hemos sido pioneros en energía solar, pero nos encontramos detrás de países como Alemania y Japón en la producción, a pesar de que hemos tenido más sol que cualquiera de ellos. No puedo aceptar que este es el camino a seguir. Cuando se trata de energía renovable, creo que no debemos ser seguidores, creo que nos ha llegado el tiempo de liderar.”
Para conseguirlo promociona nuevas industrias en EEUU: “Establecemos los incentivos correctos de modo que cada uno se mueve en la misma dirección hacía la independencia energética.” ¿La forma?: “No se cuestiona que tenemos que regular la polución del carbono de alguna manera; la única cuestión es cómo lo hacemos. Creo que la mejor manera de hacerlo es a través de una legislación (que ya está en el Congreso) que fija un tapón sobre esta clase de emisiones basado en el mercado… Y he aquí como un tapón basado en el mercado funcionaría: Fijamos un tapón, un tope, a todo el dióxido de carbono y a otros gases con efecto invernadero que nuestra economía está autorizada a producir en su totalidad, combinando las emisiones de los automóviles y camiones, centrales eléctricas que queman carbón, industrias intensivas en energía, todas las fuentes. Así la polución del carbono se convierte en algo como una “comodidad”. Fija un valor sobre un recurso limitado, y esto es la capacidad de contaminar. Y para determinar este valor, igual que cualquier otra “comodidad” comercial creamos un mercado donde las compañías pueden comprar y vender el derecho a emitir una cierta cantidad de carbono.” (Como lo preveía en cierto modo el Protocolo de Kyoto, que EEUU no había suscrito en la era Bush) “Así cada compañía puede determinar por si mismo si tiene sentido gastar el dinero necesario para ser más limpia o más eficiente, o de pagar dinero para una cierta cantidad de contaminación admisible.”
ok
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