Podríamos resumirlo como la falta de responsabilidad social de algunos financieros y la falta de responsabilidad de la propia sociedad. En una entrevista con Velázquez-Gaztelu en El País, en vísperas de ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid, Amartya Sen (*) analiza las causas y los fallos que han conducido a la situación en la que nos encontramos.
“Es una crisis de control social, ya que podía haberse evitado si hubieran existido controles”, afirma Amartya Sen. “Durante esos años (los de la era Bush sobre todo) se eliminaron mecanismos de control que hubieran limitado la creación de activos tóxicos como los que han arruinado el sistema bancario. Esos controles hubieran sido muy importantes porque ahora existen muchos mercados secundarios, como el de derivados y otros, que permiten a quienes generan esos activos tóxicos pasarlos a otros y quitarse de encima la responsabilidad”, opina Amartya Sen. Por tanto no tiene la culpa la economía de mercado sino la pérdida de control del mismo.
Yendo a la raíz del problema, está se encuentra evidentemente en la codicia de algunos financieros, pero “No sirve de nada culpar sólo a la codicia del mal funcionamiento de los mercados. No pongo en duda que el interés propio haya sido un factor importante, pero mi argumento es que hay otras motivaciones”. Otras motivaciones que han desaparecido en los últimos años y que cita, recordando a Adam Smith: “compasión, generosidad, vocación pública, compromiso…” “En la búsqueda de dinero rápido hay gente dispuesta a asumir enormes riesgos.”, dice Amartya Sen.
En otras palabras, también es una crisis moral. “Toda crisis humana es una crisis moral.”… “Ésta es una crisis moral en el sentido de que la gente ha utilizado la codicia de manera imprudente, haciéndose daño a sí misma y a los demás.” “Se trata de una crisis de prudencia” Es que cuando hay algo suculente en el anzuelo, el pez pierde la prudencia, no ve más que el cebo, y pica. Pero en este caso no hace daño al pescador que se lo come con la conciencia tranquila, salvo si ha pescado en aguas turbias.
Si se saben bien las causas, se saben casi los remedios. Pero aplicarlos es otro cantar. Amartya Sen da remedios a raíz de su análisis.
“El mercado puede ser un instrumento dinámico de progreso económico. No hay razón para prescindir de él, pero hay que regular su funcionamiento” Pero para eso “necesitamos una buena alianza entre el Estado y el mercado.”
“El éxito de la economía de mercado depende de un conjunto de motivaciones distintas”. Se necesitan motivaciones como “confianza, vocación pública y generosidad”
Las consecuencias tristes de la crisis: “van a disminuir los recursos que los Gobiernos destinan a servicios sociales como la sanidad y la educación. Todo ello ralentizará la reducción de la pobreza”, vaticina Amartya Sen. Los pobres lo van a pagar aunque no tienen dinero…
Lo que piensa de Barack Obama: “Obama está haciendo bien muchas cosas… pero Obama no es economista. Obama es abogado, aunque un abogado muy brillante. Está buscando consejo de los expertos para manejar la crisis. Ya han surgido algunas ideas interesantes y deberán surgir más. Espero que sus asesores, que son gente inteligente, sean capaces de darle buenos consejos. El reto de Obama será, como persona inteligente que es, distinguir entre buenos y malos consejos.” Lo último es difícil cuando los expertos se contradicen… Exagerando un poco: “Los presidentes norteamericanos cuentan con cien asesores económicos y saben que uno de ellos lleva razón, pero no saben cual”, decía Manuel Alcántara.
(*) Amartya Sen se doctoró en economía en el Trinity College de Cambridge. Recibió el Premio Nobel de Economía en 1998. Actualmente imparte clases en la universidad de Harvard.
“Es una crisis de control social, ya que podía haberse evitado si hubieran existido controles”, afirma Amartya Sen. “Durante esos años (los de la era Bush sobre todo) se eliminaron mecanismos de control que hubieran limitado la creación de activos tóxicos como los que han arruinado el sistema bancario. Esos controles hubieran sido muy importantes porque ahora existen muchos mercados secundarios, como el de derivados y otros, que permiten a quienes generan esos activos tóxicos pasarlos a otros y quitarse de encima la responsabilidad”, opina Amartya Sen. Por tanto no tiene la culpa la economía de mercado sino la pérdida de control del mismo.
Yendo a la raíz del problema, está se encuentra evidentemente en la codicia de algunos financieros, pero “No sirve de nada culpar sólo a la codicia del mal funcionamiento de los mercados. No pongo en duda que el interés propio haya sido un factor importante, pero mi argumento es que hay otras motivaciones”. Otras motivaciones que han desaparecido en los últimos años y que cita, recordando a Adam Smith: “compasión, generosidad, vocación pública, compromiso…” “En la búsqueda de dinero rápido hay gente dispuesta a asumir enormes riesgos.”, dice Amartya Sen.
En otras palabras, también es una crisis moral. “Toda crisis humana es una crisis moral.”… “Ésta es una crisis moral en el sentido de que la gente ha utilizado la codicia de manera imprudente, haciéndose daño a sí misma y a los demás.” “Se trata de una crisis de prudencia” Es que cuando hay algo suculente en el anzuelo, el pez pierde la prudencia, no ve más que el cebo, y pica. Pero en este caso no hace daño al pescador que se lo come con la conciencia tranquila, salvo si ha pescado en aguas turbias.
Si se saben bien las causas, se saben casi los remedios. Pero aplicarlos es otro cantar. Amartya Sen da remedios a raíz de su análisis.
“El mercado puede ser un instrumento dinámico de progreso económico. No hay razón para prescindir de él, pero hay que regular su funcionamiento” Pero para eso “necesitamos una buena alianza entre el Estado y el mercado.”
“El éxito de la economía de mercado depende de un conjunto de motivaciones distintas”. Se necesitan motivaciones como “confianza, vocación pública y generosidad”
Las consecuencias tristes de la crisis: “van a disminuir los recursos que los Gobiernos destinan a servicios sociales como la sanidad y la educación. Todo ello ralentizará la reducción de la pobreza”, vaticina Amartya Sen. Los pobres lo van a pagar aunque no tienen dinero…
Lo que piensa de Barack Obama: “Obama está haciendo bien muchas cosas… pero Obama no es economista. Obama es abogado, aunque un abogado muy brillante. Está buscando consejo de los expertos para manejar la crisis. Ya han surgido algunas ideas interesantes y deberán surgir más. Espero que sus asesores, que son gente inteligente, sean capaces de darle buenos consejos. El reto de Obama será, como persona inteligente que es, distinguir entre buenos y malos consejos.” Lo último es difícil cuando los expertos se contradicen… Exagerando un poco: “Los presidentes norteamericanos cuentan con cien asesores económicos y saben que uno de ellos lleva razón, pero no saben cual”, decía Manuel Alcántara.
(*) Amartya Sen se doctoró en economía en el Trinity College de Cambridge. Recibió el Premio Nobel de Economía en 1998. Actualmente imparte clases en la universidad de Harvard.
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